Estas dermatosis son el resultado de un
autotraumatismo continuo, local o multifocal, consecuencia de un comportamiento
compulsivo, o de un trastorno de automutilación. Generalmente se muerden o se
lamen a sí mismos una o varias áreas de su cuerpo, con mayor frecuencia una
extremidad distal (dermatitis acral por lamido, automutilación) o el flanco
(lamido del flanco), extremo de la cola (persecución de la cola) o el tronco
(alopecia psicógena felina).
En algunos casos, el animal puede empezar
a lamer una lesión o sutura y entonces también empezar a lamer otras partes del
cuerpo, causando granulomas en sitios no realcionados con la lesión. Esto
sugiere que las lesiones físicas o irritaciones, como aquellas causadas por
alergias, pueden provocar trastornos compulsivos en algunos casos.
Sin embargo en la mayoría de los casos no
se puede detectar una causa física y se ha descrito que las lesiones son el
resultado del aburrimiento, la falta de estímulos en el entorno, ansiedad por
separación o estresantes psíquicos como por ejemplo la aparición de cambios en
el hogar o en los hábitos de alguno de sus miembros.
En otros casos, el disparador es dolor o
sensaciones extrañas que incitan a tomar una actitud en busca de alivio,
lamiendo el área o mordiéndola.
Es sabido que el lamido en el gato es
utilizado no sólo como aseo, sino también como medio de contacto social y también
como descarga de tensiones en caso de estrés.
Podría decirse que sí existe una
predisposición racial a esta condición, ya que la mayoría de los casos se
presenta en perros de razas grandes (Labrador, Golden retriever, Doberman, Gran
danés, Mastín, San Bernardo, etc.) y en gatos de carácter nervioso y excitable
(Siamés, Burmés, etc.).
En perros la manifestación más habitual
es una placa alopécica local, bien circunscrita e hiperpigmentada, en la cara
rostral del extremo distal de una articulación. El lamido del flanco origina
habitualmente una zona empapada de saliva en un flanco y es un fenómeno casi exclusivamente
limitado a los Doberman Pincher. La automutilación es muy rara aunque provoca
gran preocupación en el propietario, porque los animales afectados se pueden infligir
daños tan graves en los extremos distales de sus articulaciones que pueden llegar
a la autoamputación.
En los gatos la mayoría de los casos las lesiones
se encuentran a lo largo de la línea dorsal media o son simétricas, localizadas
en las ingles y la zona ventral del abdomen. La pérdida de pelo suele ser
bastante extensa. También se puede presentar una condición clínica en la cual
se observa una gran sensibilidad o hiperestesia en la piel de la zona
dorsolumbar que cuando se les toca comienzan a lamerse compulsivamente; además,
hacen corridas repentinas y cuando paran, algunos se lamen o muerden
insistentemente. Estos animales se pueden producir lesiones muy profundas que
llegan al sangrado y la úlcera.
El tratamiento para este problema es
primeramente identificar si lo causa alguna patología o es meramente
comportamental.
Si es patológico, se da el tratamiento
apropiado para dicha enfermedad, si es comportamental, primeramente se tratan
las lesiones cutáneas con antiinflamatorios y antibióticos para ayudar a secar
y desinflamar la zona y a la par se trata la disfunción comportamental.
El tratamiento consiste en cambiar el
entorno del animal y las interacciones sociales para proporcionar más
coherencia, modificación de la conducta, y en muchos casos, intervención farmacológica.
Las drogas NO se necesitan siempre y solo deberán usarse como complemento a una
modificación del entorno y de la conducta.
Debido a que el trastorno compulsivo está
relacionado con el estrés en la mayoría de los casos, debe intentarse
identificar y eliminar la causa del estrés. En los casos como la psicodermatosis
una causa medioambiental puede que no sea identificable; por esta razón, debe
intentarse reducir el estrés al entorno tanto como sea posible.
Algunos animales han comenzado a
obsesionarse con un área de su cuerpo o a mutilarse como resultado de sentirse
estresados o desafiados en su territorio o en su autoridad.
La situación más estresante para un
animal es aquella sobre la cual no tiene control y de la que no puede predecirse lo que pasará. Una
rutina regular aumenta la predicción del entorno del animal.
Debe proporcionarse el ejercicio
suficiente para que los perros satisfagan sus necesidades de interacción de
exploración y social con otros perros oliéndolos y dejando sus marcas de olor.
Debe tener juguetes especialmente
atractivos como aquellos que dispensan comida y tenerlos disponibles en los
momentos en que es probable la manifestación de la conducta compulsiva.
Se debe incrementar la actividad
intelectual por medio de ejercicios de adiestramiento que requieren de
concentración mental, aumentando el tiempo de esparcimiento y disminuyendo el
tiempo que el animal pasa solo.
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